Death (Los cuatro jinetes 4)

Llegaron a la Tierra: la Peste, la Guerra, el Hambre y la Muerte—cuatro jinetes cabalgando sobre sus monturas enloquecidas, galopando hacia los rincones del mundo. Cuatro jinetes con el poder de destruir a toda la humanidad. Vinieron a la Tierra, y vinieron a acabar con todos nosotros.

Él es conocido por muchos nombres: Thanatos. Jinete. El último ángel de Dios. Y luego, por supuesto, está el nombre con el que yo estoy demasiado familiarizada:

Muerte.

El día en que la Muerte llega al pueblo de Lazarus Gaumond y mata a todos de un solo golpe, lo último que espera ver es a una mujer aún con vida y de pie. Pero Lazarus tiene algo extraordinario: no puede ser asesinada—ni por humanos, ni por los elementos, ni siquiera por la Muerte misma.

Ella es la única alma que la Muerte no reconoce. La única alma que no puede arrancar de su carne. Y tampoco puede ignorar el deseo inquietante que siente por ella. Tomarla. Lo desea con desesperación. Y cuanto más intenta ella detener su ola de asesinatos, más fuerte se vuelve ese deseo.

Cuando Lazarus se cruza con los otros tres jinetes, una situación impensable la lleva a una terrible misión: seducir a la Muerte para salvar al mundo. Una tarea desesperada, agravada por la mala sangre que existe entre ella y Thanatos. Pero la atracción que la Muerte siente por ella es innegable, y por más que lo intente, Lazarus no puede mantenerse alejada de ese antiguo y hermoso ser y de su oscuro abrazo.

El fin está aquí. La humanidad está destinada a perecer, y ni siquiera los jinetes pueden detener a la Muerte de cumplir su tarea final.